Aún no he descubierto qué es lo que tienen las palabras, quizás sea ese "poder mágico" lo que me sigue uniendo a ellas. Tal vez la fuerza, la violencia, la soledad, la dulzura, la tristeza, la alegría que llevan consigo. A veces, cuando las olvido, cuando las dejo sueltas por mi mente, empiezan a presionar, a querer escapar, a reclamar el gramo de libertad que les pertenece.
Y allá van, como un torrente sanguíneo que nadie detiene, brotan con furia o tranquilidad a cualquier hora, en cualquier lugar. A veces es como una adicción que no se puede frenar, otras... otras veces cuesta demasiado encontrarlas y uno se queda sin escribir, sin hablar.
Y allá van, se escapan de la tinta al papel y quedan anónimamente materializadas. El alma se expresa en tinta, el alma entinta la vida.
Es que la locura tiene muchas formas. Ésta es la mía...
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